lunes, julio 19, 2010
A menudo, los miembros de mi familia me tildan de pirada. Bueno, no puedo negar que soy algo inestable mentalmente y de ideas fuera de lo común. No voy a justificarme porque, al fin y al cabo todo esto es divertido. No estoy siendo irónica ni sarcástica, mi situación es digna de una comedia deprimente. Mi madre es, y ha sido toda su vida depresiva y victimista, y esos rasgos están acentuados por un carácter mucho más voluble que el mío. Mi padre es un responsable calzonazos que confunde mi nombre con el de su hermana pero me apoya en las discusiones. Mi hermano tiene pesadillas cada dos noches y es algo incapaz de defenderse del maltrato, un sensiblero.
Esto es lo más cercano, pero no hace más que empezar a enredarse.
Si paso a abuelos, tíos, primos y demás variados familiares sólo consigo crear un círculo vicioso de intrigas, rencores, enfermedades y un profundo sentimiento de culpabilidad. Desde hace mucho tiempo me planteo escribir una vergonzosa crónica familiar, manteniendo el anonimato, por supuesto.

0 pildoras alucinógenas:

| Top ↑ |