No me queda del todo claro. Lo que sí admito es que sabía perfectamente que se trataba de un camino inacabable en el que cada paso supone hundirte cada vez más o salir ileso por pura suerte. Siempre he dejado la jodida autopromoción a un lado, estoy orgullosa de que mis logros se hayan difundido por obra y gracia de la casualidad. Significa ganar porque eres bueno y no porque te has puesto de rodillas hasta que se forman costras oscuras en ellas. Y dejando ese aspecto a un lado, tengo que gritar por mi libertad. Si quiero hacer uso de mi feminidad y sensualidad en una imagen puedo hacerlo. Ello no significa que tenga menos materia cerebral que aquellas que se cubren a ojos de otros.
Es solamente una elección sencilla. Se me enreda la lengua, ahora resulta que provocar te resta todas las capacidades que posees y te convierte en poco más que un maniquí aquejado de muerte cerebral. Obvia tratándose de un objeto inanimado. Ya lo he ofrecido todo, con más o menos ropa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
| Top ↑ |