sábado, octubre 31, 2009
Marla que se viste lentamente y se desnuda en un suspiro, haciendo de las cremalleras pistas de carreras para bólidos sin frenos. Luego escucha la televisión sin verla, se acuesta con una radio de los años cincuenta que vibra como si fuese un corazón justo sobre el suyo. Al levantarse tiene las marcas del enrejado y de los botones.
Come chocolate encima de su cama, mientras devanea y nadie nunca derriba su puerta a timbrazos.

0 pildoras alucinógenas:

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