lunes, noviembre 02, 2009
Mientras intento prestar atención a una canción de americano siseante y tú haces cabriolas al otro lado de la ventanda pretendiendo ejercer por una sola vez de manitas en tu casa. Pero la cortina de la ducha sigue arrugada en el fondo de la bañera que no llego a alcanzar con la mirada, además, no es un objetivo que remueva mi ambición.
Están cayendo hojas en mi barro pisoteado, hace calor y es noviembre, tengo el claro presentimiento de que nos estamos yendo a pique.
Por ahora deja caer también la toalla y tendré motivos suficientes como para alejarme de las reflexiones catastrofistas.

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