domingo, diciembre 20, 2009
Eran insaciables, y autodestructivos, hasta límites que rozaban la psicopatía sentimental.
No es de extrañar que cuando se vieron por primera vez el dolor y el exceso se convirtiese en algo recíproco.
- No volveremos a vernos nunca más, es demasiado peligroso.
Cerró la puerta con brío, y su dedo meñique quedó atrapado sin remedio por el acero blindado. Gritó, sangró, él saboreó sus lágrimas y la arrastró dentro.
No eran capaces de despegarse, y continuaron sufriendo, follando y asesinándose a cada gemido.
Por siempre jamás. Como en un cuento descatalogado.

0 pildoras alucinógenas:

| Top ↑ |